Las razones que presentó fueron que "no están claras" las relaciones entre las emisiones de dióxido de carbono y el calentamiento global del planeta, y que el Protocolo no compromete a los países en desarrollo, especialmente a los grandes como China y la India.
Cuatro años después, cada día hay más evidencias de que las emisiones de los gases causantes del efecto de invernadero son la principal causa del aumento de la temperatura, e incluso Rusia decidió ratificar el documento tras varios años de dudas. Los analistas apuntaron que si EEUU, que emite una cuarta parte de las emisiones mundiales, cumple su deber de reducirlas según el Protocolo, los sectores petrolero y automotriz pagarán el precio. Por este motivo, la negativa de Washington a ratificar el pacto se podría entender como un intento de proteger los intereses de esos grandes grupos industriales.
Además, la Casa Blanca ha acentuado en los últimos años su política unilateralista, rechazando todo límite o control por parte de organizaciones internacionales o acuerdos. La ONU, la Unión Europea (UE) y Japón han intentado por todos los medios presionar a EEUU para que cambie de posición, sin ningún resultado.
El rechazo estadounidenses se ha convertido, de hecho, en uno de los principales puntos de fricción con los Veinticinco. Dentro de EEUU, el apoyo al Protocolo de Kioto y las voces críticas contra el gobierno se concentran en el sector académico. Muchos intelectuales y científicos consideran que el pacto es un paso positivo porque demuestra claramente que los países están afrontando con seriedad el problema y adoptando un marco para resolverlo. Por eso creen que EEUU, como mayor emisor de gases, debe sumarse a los esfuerzos de la comunidad internacional, un factor fundamental para que sean de verdad fructíferos. Pero tampoco estos llamamiento han recibido la atención de Washington. La comunidad científica de EEUU reconoce que el efecto invernadero causa el calentamiento global y, a pesar del rechazo al Protocolo, las diferentes administraciones han adoptado medidas para controlar las emisiones de gases tóxicos. Según las estadísticas oficiales, 40 estados decretaron leyes para controlar y reducir las emisiones de gases que causan el efecto invernadero, mientras 20 estados adoptaron medidas para estimular el uso de recursos reciclados.
No obstante, el "no" de Washington al Protocolo de Kioto sigue siendo una nota discordante en la comunidad internacional que perjudicará la eficacia de su aplicación.
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